A través de este concepto se esconde un sinfín de actividades que pretenden un mismo objetivo, salvaguardar la salud de los consumidores.
Es por todos sabido que un alimento mal manipulado se puede convertir en un elemento dañino que se exteriorizará a través de una enfermedad o una sintomatología específica.
Mediante los conocimientos adecuados y una sistemática de trabajo organizada y controlada conseguiremos obtener la seguridad alimentaria en todos los eslabones de la cadena de producción, a fin de garantizar la salud de todos los consumidores.